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Fundamentos Psicopedagógicos en la Construcción del Conociemiento lógico-matemático


Fundamentos psicopedagógicos en la construcción del conocimiento lógico-matemático 

 Según Piaget, la facultad de pensar lógicamente ni es congénita ni está preformada 
en el psiquismo humano. El pensamiento lógico es la coronación del desarrollo psíquico y constituye el término de una construcción activa y de un compromiso con el exterior, los cuales ocupan toda la infancia. La  construcción psíquica que desemboca en las operaciones lógicas depende primero de las acciones senso-motoras, después de las representaciones simbólicas y finalmente de las funciones lógicas del pensamiento. 

El desarrollo intelectual es una cadena ininterrumpida de acciones, simultáneamente de carácter íntimo y coordinador, y el pensamiento lógico es un instrumento esencial de la adaptación psíquica al mundo exterior. Seguiremos ahora la formación de la inteligencia y en especial el desarrollo del pensamiento lógico desde las primeras manifestaciones de la vida psíquica y distinguiremos en él tres fases: 

1.  La inteligencia sensomotora.  
2.  El pensamiento objetivo simbólico.  
3.  El pensamiento lógico-concreto.

1. La formación de la inteligencia sensomotora. Ya antes de que el niño pequeño empiece a hablar es capaz de actos de inteligencia propiamente dichos. Entendemos por inteligencia la adaptación psíquica a situaciones nuevas. Los actos de inteligencia de la primera fase dependen de la coordinación de los movimientos. La inteligencia sensomotora no es todavía lógica ya que le falta toda reflexión; sin embargo, constituye la preparación "funcional" para el pensamiento lógico. 


2. La formación del pensamiento objetivo-simbólico. 

La transición de la conducta sensomotora al pensamiento propiamente dicho está ligada a la función de representación  o simbolización , es decir, a la posibilidad de sustituir una acción o un objeto por un signo (una palabra, una imagen, un símbolo). En la construcción de conceptos lógicos la diferencia esencial entre “un”, “algún” y “todos” no se ha alcanzado todavía completamente. En los niños, ya desde los cuatro años, además de la observación de las formulaciones y deducciones verbales espontáneas, podemos llevar a cabo experimentos sistemáticos. De estas experiencias resulta que 
el niño hasta los siete años piensa objetivamente, pero todavía no lógico operativamente, debido a que no ha alcanzado la reversibilidad completa de las actividades. 

3.  La formación del pensamiento lógico-concreto. 

Alrededor del séptimo año se produce un cambio decisivo en el pensamiento infantil. El niño es capaz entonces de realizar operaciones lógico-concretas,  puede formar con los objetos concretos, tanto clases como relaciones.

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